Vean el título del libro que ayer nomás compré en el puesto del diariero de mi confianza.
Digo bien: vean el título. ¿Les propone, como a mí, alguna reflexión, les suscita, como a mí, alguna inquietud, les provoca como a mí, temor por el futuro?
Aún antes de leerlo, el título del libro me atrapa. Y me asusta. ¿Es acaso el fin?
¿Estamos, como en las películas de ciencia ficción, proféticamente sabias, diciéndole adiós a la civilización conocida?
Eso de volver, a ver, si hay que volver es porque nos hemos ido de algún lado. ¿Ya no se enseña? ¿Existen los interlocutores mencionados en el libro -los adultos y los maestros-que tal vez da por sentado y por supuesto a su destinatario?
¿Alguien se hace cargo de que la tarea de reconstruir lo perdido, con las innovaciones y actualizaciones que el caso requiere es urgente? ¿Adónde van a parar todas las señales de alarma que en estado de pánico surgen de testimonios de padres, maestros, tests y pruebas de todo tipo que confirman que los chicos no saben leer y escribir?
Esperanza: tanto este libro como otros que menciono en el blog alertan pero brindan instrumentos y sugerencias interesantes que pueden ayudarnos.
Amigos
Los dejo con esta sensación de premura y los insto a pensar juntos y dar respuestas operativas a las preguntas: ¿Dónde están los adultos? ¿Dónde están los maestros? ¿Qué es eso de enseñar?
Los dejo con esta sensación de premura y los insto a pensar juntos y dar respuestas operativas a las preguntas: ¿Dónde están los adultos? ¿Dónde están los maestros? ¿Qué es eso de enseñar?
Saludos, Clara Jasiner