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jueves, 20 de septiembre de 2012

Pensemos Juntos -La Conversación




Conversación en el Bondy   -  Obrita en dos actos



Lugar:    Al comienzo la Esquina de Lacroze y Fraga.   Luego el colectivo 42.   
La acción tiene lugar en una oscura Noche de lluvia. 



Personajes:
Clara y su amigo Cristian.  Paraguas y mochilas empapadas por la lluvia. 
Un señor y un pibe de 7-9 años.  Los llamaremos Padre e Hijo.



Se abre el telón.  Prestemos atención
 
1er Acto

Subimos al colectivo 42 mi amigo y compañero de taekwondo y yo.  Sólo por esta noche en que el agua nos arrasa con mochila y todo  regresamos en bondy en lugar de caminar como siempre las 20 cuadras, hábito marcial si los hay, orgullo de un practicante de taekwondo.

Charlamos sobre la clase y sobre el torneo para chicos que se avecina.

Cristian baja del colectivo una cuadras antes que yo


 
2do acto:.  

El silencio que sobreviene me permite escuchar la siguiente conversación. 

En la escasa luz del bondy y de noche no veo bien pero calculo que el pibe debe estar cursando 2do o tercer grado.  Están sentados –el pibe junto a la ventana-en el primer asiento ¿vieron ese pegado a la puerta?  Bueno, ahí.  Los escuché muy bien porque como yo estaba por bajar me tomaba del pasamanos justito donde se toca el timbre.  Hago hincapié en este aspecto porque de otro modo podría  imaginar que  la Conversación que creo haber escuchado pudo haber sido producto de un semisueño de esos a los que induce el movimiento del bondi. Pero no, lo vi y lo oí cerquita nomás y bien despierta.. Por eso escuché claramente –y con asombro – las voces que amablemente desgranaron la conversación cortita que les relato a  continuación. 
Charla pasajera, diálogo ya comenzado y cuyo final sólo constará en mis puntos suspensivos-que sin embargo me produjo una sonrisa de esperanza. 

El señor a quien llamamos Padre sostenía dos grandes bolsas de plástico, me imaginé que acarreaba por ejemplo cosas de laburo o o algo relacionado con la fatiga que podía percibirse en su rostro.   Ambos –Padre e Hijo- tenían marcas de cansancio pero ambos sonreían. 

-Pibe: y sí, están los otros, los libros de ajedrez.

-Padre:  Ah sí, los de ajedrez esos los llevamos a la Biblioteca de la Escuela.

-Pibe: si, a la Biblioteca.   Pero  acordate que hay varios. 

-Padre: Claro, ese que estuvimos mirando hoy no, ese, el de ajedrez más grande queda para vos.  Pero los otros de ajedrez los llevamos a la Escuela.   

-Pibe: sí, hay algunos libros que quiero leer de nuevo. 

Padre: ok, esos y los que no leíste no los vamos a dar a la Biblioteca

-Pibe: sí.  ¿Y llevamos alguno más?  ¿El del Viaje?

-Padre: Ah! Viente Mil leguas de Viaje Submarino? ¿Ese que estuvimos leyendo? Ese no, quiero que lo guardes vos.

-Pibe: Sí –responde el pibe, el que estaba el capitán………cómo se llamaba…….

-Padre: Nemo.  Capitán Nemo. ¿Te acordás el barco..cómo se llamaba?

-Pibe: Si, el Nautilus. Ah ese lo leímos juntos, quiero quedármelo. 

-Padre: sí, lo podemos leer de nuevo.  Siempre me imagino al Capitán Nemo…. Cómo será la cara.  Me lo imagino serio y con un gorro de Capitán y vos?

-Pibe: Yo pienso cómo será el fondo del mar

-Padre: si querés podemos leerlo de…………

Y así con esas palabras en los oídos me bajé del bondy y mientras caminaba las dos cuadras en la lluvia supuse que era eso lo que me humedecia la cara.  Pero ¿Por qué al mismo tiempo estaba sonriendo?

                                              
                               Fin de la Conversación.


Amigos:  ¿qué les sugiere esta escena? ´¿seremos los adultos y no los niños quienes hemos extraviado en algún recoveco del laberinto cotidiano la magia y la capacidad de sucitarla en nuestros hijos y alumnos?  Será que les hemos brindado la maravilla de la tecnología y de las redes virtuales abriéndoles mundos inmensos pero en ese zig zag hemos renunciado a intersectar- inmersos como estamos en la aparente futilidad de nuestro propio universo de obligaciones, demandas, expectativas de llenar a full los vacíos ineludibles del vivir-acaso hemos renunciado a intersectar en la escena que compartimos con  nuestros chicos ambas posibilidades? Lo virtual y la palabra escrita aguardan ser  amigados por nosotros los adultos.  ¿Cómo será que perdimos los "grandes esa conexión con los textos?

                         ¿Los niños leerán si los adultos leemos con ellos?


                                         Pensemos Juntos!!!!!!!!!!!!!!!!!  Clara J.















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