Pies Descalzos
Obrita en un acto muy muy cortito
Personajes:
Nena pizpireta de unos dos añitos saltando en la vereda junto al umbral de su casa. Saltitos para acá y para allá entre risitas traviesas. Ojitos oblicuos, hija de una familia japonesa que vive a la vuelta.
Señor al que llamaremos Abuelo mirándola con una sonrisa desde su asiento en el cerquito que rodea al árbol. Los ángulos de sus ojos sonríen hacia arriba contento con su nietita.
Yo misma que paso por allí y aún en mi prisa percibo que la nena salta con los pies descalzos. Pienso en decírselo al abuelo pero no estoy convencida de cambiar mi posición de observadora a participante de la escenita. Me preocupa porque sé que en Japón por caso se habitúa caminar descalzos en las casa y los templos. No quisiera ofenderlo si se trata de una cuestión cultural.
Escenita (única):
-Clara (dirigiéndose a la nena). Linda, estás descalza y podés lastimarte, le voy a decir a tu abuelito que te ponga algo en los pies (dejando a un lado la vacilación cultural) .
-Nena: me mira, me sonríe y sigue salticando. Corre un poco para acá y para allá.
-Clara: (Al Abuelo) Señor, la nena está descalza y en la calle se puede cortar los piecitos o lastimarse.
-Abuelo: (intercalando palabras que entiendo y otras que adivino). Le dije, le insisto pero ella no quiere. No me deja ponerle las zapatillas.
Me sonríe ampliamente y con un gesto de resignación. Sigo caminando mientras la nena sin zapatillas salta en la calle. Ella no le permite al abuelo ayudarla a que no se lastime.
Fin de la Conversación.
Amigos
¿Qué nos pasa a los adultos?
Saludos. Clara J.
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