Acá les dejo una frase que encontrarán en el capítulo 1 de mi libro Adiós Fracaso Escolar:
"En mi práctica psicoterapéutica con chicos marcados con el rótulo de fracaso escolar estoy abocada a construir dispositivos terapéutico-alfabetizadores, que responden específicamente a las urgencias de las escuelas y la familia. Dispositivos fertilizados por la convicción de que es imperioso que tanto docentes como psicólogos de niños nos desempeñemos bajo el signo de lo simbólico."
Lic. Clara Jasiner.
Amigos:
¿Cómo les parece que circula la palabra en nuestras escuelas y en nuestras familias?
¿Piensan que nuestros medios masivos de comunicación producen o estimulan la capacidad de simbolizar?
Saludos, Clara Jasiner.
Hablando desde lo que conozco, como orientadora social de una escuela pública del nivel secundario del conurbano bonaerense, mi observación remite al hecho de un habla escasa en relación a todo aquello que este signado por el malestar ( de padres, docentes y estudiantes ), malestares que remiten a la incertidumbre por el presente y el porvenir, situaciones de perdida y abandono, situación socio económica deficiente y regresiva, dificultades en ser aceptado por los grupos conformados en el ámbito escolar, etc. En este contexto de situaciones, la violencia suele preponderar y ocupar el sitio que le debiera corresponder a la palabra ausente. En el medio, entre la violencia como acto y la palabra casi como una utopía, se construyen, muchas veces, supuestos acerca del otro: lo que le pasa, lo que siente, lo que es..afloran malosentendidos y conflictos. Queda claro que la vuelta a la palabra es el camino que posibilita construir subjetividades y restaurar el sentido de " comunidad educativa "
ResponderEliminarHablando desde lo que conozco, como orientadora social de una escuela pública del nivel secundario del conurbano bonaerense, mi observación remite al hecho de un habla escasa en relación a todo aquello que este signado por el malestar ( de padres, docentes y estudiantes ), malestares que remiten a la incertidumbre por el presente y el porvenir, situaciones de perdida y abandono, situación socio económica deficiente y regresiva, dificultades en ser aceptado por los grupos conformados en el ámbito escolar, etc. En este contexto de situaciones, la violencia suele preponderar y ocupar el sitio que le debiera corresponder a la palabra ausente. En el medio, entre la violencia como acto y la palabra casi como una utopía, se construyen, muchas veces, supuestos acerca del otro: lo que le pasa, lo que siente, lo que es..afloran malosentendidos y conflictos. Queda claro que la vuelta a la palabra es el camino que posibilita construir subjetividades y restaurar el sentido de " comunidad educativa "
ResponderEliminarFabiana: tu comentario es tan rico que, para responderlo adecuadamente, me recería un artículo bastante extenso. Prefiero, aquí acotar una resúesta a tu última frase, ya que todo lo demás el lector y nosotros podemos continuar desovillándolo. Decís: "Queda claro que la vuelta a la palabra es el camino que posibilita construir subjetividades y restaurar el sentido de " comunidad educativa ". Creo que allí está un desafío para nosotros maestros y profesionales y todos aquellos que estamos interesados en estos temas. Lograr en primera instancia, una circulación de la palabra en contextos de reflexión y construcción de estrategias novedosas que al mismo tiempo, conserven lo inetresante de lo tradicional. ¿Qué se opone a que esta palabra se abra, circule, brinde escucha a los maestros y permita abrir caminos y acotamientos operativos ? No me refiero por supuesto aun sólo hecho o elemento sino a la contextualización compleja de esta problemática. Creo que conviene ir postulando y operando alternativas con calma pero sin renunciar a hacerlo. Un saludo . C. J.
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